Objetivo: Formar a los jóvenes en educación financiera
A no ser que hayas estudiado algo relacionado con el campo de las finanzas, como la mayoría de las personas, hasta que no te toca ir a un banco no tienes ni idea de cómo funciona, qué puedes hacer o qué te van a pedir. Es más, el lenguaje que usan te resulta extraño, por no decir incomprensible.
El Banco Laboral Kutxa se dio cuenta de que los jóvenes menores de 28 años tenían este problema, lo cual, como vimos en la entrevista, se traducía en una desconfianza en los bancos. Para revertir esta situación, nos pidieron que creáramos un servicio en el que formáramos a los jóvenes en educación financiera.
Empezamos preguntando a los jóvenes, juntándolos en grupos (focus groups), qué sabían acerca del dinero y quienes eran sus principales referentes para aprender sobre ello.
La primera respuesta estaba clara, no sabían absolutamente nada de finanzas, y los pocos que sabían algo era porque estaban estudiando alguna carrera de la rama de economía. La segunda pregunta sí que nos sorprendió, ya que a diferencia de otras cosas, en el tema del dinero no buscaban ni en internet ni influencers, sino que la pregunta que más salió fue: Mamá, ¿qué es el dinero?
Los jóvenes preguntaban a sus padres hasta casi los 30 años qué hacer con el dinero. Por lo tanto, reenfocamos el proyecto: en vez de educar a los jóvenes, que no tienen interés ninguno, optamos por dotar a los padres de herramientas para que supieran formar a sus hijos en los momentos que lo necesitaran.
Para ello identificamos momentos vitales de los hijos, como la primera nómina, y dábamos a los padres herramientas y conocimiento para que supieran explicarles a sus hijos, creando un road map de estos momentos vitales.
Un video promocional en el que se explica el servicio.
Y herramientas como juegos y pódcast para padres e hijos pudieran aprender a gestionar el dinero.
Descubre cómo podemos trabajar juntos para potenciar tus conocimientos. ¡La puerta hacia un futuro lleno de oportunidades comienza con una simple conversación!
Me di cuenta, que la mayoría de la gente se queda con los datos (que hoy en día están muy de moda). Sin embargo, poca gente se pregunta el porqué de estos datos y porque la gente se comporta así. En este caso, en la investigación nos dimos cuenta que el cliente tenía un enfoque erróneo del problema porque no había preguntado a los jóvenes.
Aprendí que no hay que dar por sentada la información que te aporta el cliente y siempre hacer una buena fase de investigación con usuarios.